miércoles, 25 de marzo de 2009

martes, 24 de marzo de 2009

El vademécum de las cosas que sentí

El fin de semana que pasó estuve en la fiesta de cumpleaños número 40 de Piero Solari, el hijo de Reinaldo, dueño de las tiendas Falabella. Pese a todo su poder, a pesar de toda su dominación, o, en realidad, por lo mismo, la ordinariez los sobrepasa.

Me sentí, en todo momento, en las siguientes situaciones…

Como cuando alguien bota desde la ventanilla de un auto un papel a la calle.
Como cuando un conductor se saca los mocos en la espera del verde del semáforo. Como cuando el “guatón romo” se cortaba las uñas de los pies sobre la mesa en la cual cenaban sus camaradas.
Como cuando hay una 4x4 en un taco en la alameda.
Como cuando la empleada es puertas adentro.
Como cuando las casas tienen alarmas, rejas, perros, guardias y cerco eléctrico (todo al mismo tiempo)
Como cuando trabajo por dinero.
Como cuando todos los cobardes alegan por el transporte, las AFP, la educación y todo lo institucional que está impuesto y que dejaron que lo impusieran.
Como cuando compiten a ver quien la tiene más grande.
Como las pastillas del abuelo.
Como cuando don Reinaldo (Solari) contaba que en Italia vivió de las limosnas.
Como cuando a los niños les dan dinero intentando demostrar lo mucho que los quieren.
Como cuando alguien se siente alguien por haber estudiado algo.
Como los bronquios del minero.
Como un beso sin lengua.
Como el comandante frente al matarife
Como diría el maestro… como la menopausia de una mujer fatal.

jueves, 12 de marzo de 2009

¿Quién es Caín?, ¿Quién es Abel?

"Estamos ante un hombre que sólo de tiempo en tiempo se da en una sociedad. Por eso resulta importante que a esta personalidad se la conozca y se la estudie". Estas palabras fueron pronunciadas en el homenaje que Andrés Zaldívar, hasta ayer presidente del Senado, brindo en la última sesión que él presidió completa.

Muchas ronchas sacó que Novoa (UDI) asumiera la presidencia, muchas dudas frente a la imagen de Frei (DC) entregando parte de su sueldo a la administración del gobierno militar. Las palabras de Zaldivar (DC), citadas más arriba, fueron en homenaje a Ricardo Claro, otro cómplice de la dictadura y de la implantación del modelo social actual.

¿Cómo es posible que con esta explicitad al hablar (y mucho más al actuar) la gente común, cualquier hijo de vecino, cualquier persona que se informa por cualquier medio de comunicación, tú o yo, cualquier cría nacida en esta inmunda patria, que se ha formado a punta de despropósitos y violencia (como se ha formado toda patria, por lo demás), no se de cuenta, no nos damos cuenta, que siempre el que administra el poder ha sido el mismo sujeto, la misma clase, el mismo modo de concebir la realidad: La burguesía, los explotadores, la metafísica, Platón, Descartes, Kant, el positivismo, la técnica, los patriotas o, en definitiva, el monopolio de la violencia?


Aquí el aludido frente a la ex esposa de Claro, en un claro gesto de acomodarse los bigotes.



martes, 24 de febrero de 2009

El retail en tiempos de crisis


Este artículo lo escribí a principio de febrero y me pareció bueno compartirlo. Creo que expone claramente cuáles son los modos en que actúan las grandes empresas en un contexto de crisis económica, dentro de un país subdesarrollado, con una masa laboral desarticulada en su accionar colectivo y con un Estado neoliberal.


Es interesante apreciar como, frente a la crisis que sacude a la economía, se presentan reacciones contradictorias de parte de las dos de las compañías más importantes del área del retail nacional, Jumbo y Líder. El primero, paralizando las faenas de la construcción de su emblemático proyecto arquitectónico y, el segundo, recibiendo la inversión directa de un gigante del retail mundial como Wal-Mart, el cual adquirió el 58,2% de sus acciones. A la vez es importante poner atención sobre las consecuencias de sus decisiones y las posibilidades de acción que estas abren.

Por un lado, el caso de Jumbo. El holding Cencosud, personalizado en su controlador Horst Paulmann, detuvo la construcción del que sería el complejo comercial más grande de Chile con cuatro torres de modernas oficinas, un hotel de categoría internacional, un centro de convenciones y otro de eventos, instalación de las grandes multitiendas del país y un cine, para la diversión del consumidor. La característica que el proyecto más resaltaba era que una de las cuatro torres iba a ser la más alta de Sudamérica con trescientos metros de altura, setenta pisos que pretendían acoger a compañías nacionales y multinacionales, y que, según el propio Paulmann, se convertiría en un emblema de la ciudad de Santiago y, gracias a la centralización, del país. Esta paralización en las obras, cuyo costo de inversión fue de 600 millones de dólares, se debió al alto nivel de endeudamiento del holding y lo riesgoso de llevar a cabo una inversión de esas magnitudes en el actual contexto, pues la construcción de Costanera Center no resultaba rentable ya que ésta solo implicaba egresos de capital y lo que necesita Cencosud son inversiones que permitan retornos inmediatos o, por lo menos, garantizados; después de todo así siempre ha funcionado su principal negocio. Los supermercados, en tanto actores económicos dentro de un mercado, no producen mayor bien que el de la multiplicación del dinero de sus dueños o inversionistas gracias a la rotación intensa de capital realizada por la constante e incesante demanda de los consumidores.

La consecuencia de detener las faenas fue dura. En menos de dos meses han sido despedidos 1.100 trabajadores pertenecientes a la contratista encargada de las obras, Salfacorp. Su desvinculación no fue llevada a cabo de la mejor manera pues a muchos de ellos no les avisaron con anticipación de su despido sino que se enteraron al momento de registrar la salida de su sorpresiva última jornada laboral.

Por otro lado está Lider. Esta cadena de supermercados pertenece al grupo D&S, el cual es controlado por los hermanos Felipe y Nicolás Ibáñez con un 63,4% de las acciones. Este grupo tuvo ventas superiores a 3800 millones de dólares en el año 2007 (los datos del año 2008 aún no están disponibles)[1], cuenta con 34500 empleados en los más de 180 supermercados Líder, 10 centros comerciales y 85 divisiones de servicios financieros Presto. En el actual contexto económico, y para sorpresa de muchos analistas, D&S fue comprado por el gigante estadounidense Wal-Mart, el cual se adjudicó el 58,2% de las acciones del grupo. Esta operación fue valorada en 2660 millones de dólares de los cuales 620 millones se los adjudicaron los hermanos Ibáñez. Según Craig Herkert, vicepresidente ejecutivo de Wal-Mart y representante de la compañía en América latina, la transacción traerá inversiones adicionales para Chile pues mejorará y creará nuevos locales, además de permitir y promover el desarrollo de los asociados y de los proveedores. Para muchos la inversión que realiza Wal-Mart, en plena crisis económica mundial, es sinónimo de un capitalismo de nuevo tipo, una compañía que en tiempos difíciles no detiene sus inversiones, a diferencia de lo realizado por Jumbo, sino que, por el contrario, las intensifica y sobre todo en un país apto como el nuestro que, como insistentemente ha vociferado el ministro de hacienda, cuenta con un colchón que amortiguará los efectos de la crisis financiera mundial.

Las consecuencias en el mercado laboral local de la arremetida de este gigante mundial del retail aún no se pueden apreciar, pero sí es posible proyectar o esbozar cuáles serán éstas a partir del comportamiento de Wal-Mart en otros mercados. Así se pueden distinguir las principales estrategias del gigante para posesionarse en los mercados: los precios bajos y la neutralización de la acción sindical.

Por un lado, los precios bajos los obtiene a costa de la superexplotación que realiza de sus proveedores, es decir, del chantaje económico con el cual negocia la compra de los productos que posteriormente venderá a bajos precios, relación comercial que implica la pauperización de la situación productiva y comercial de los proveedores y la precarización (aún más) de las condiciones laborales de los trabajadores de estos centros de producción. Con esto, además de perjudicar la cadena productiva, pasa a llevar las condiciones de sana competencia comercial y comienza a rozar los límites de la monopolización.

La segunda estrategia, que tiene que ver con la neutralización de la acción sindical, es llevada a cabo con la finalidad de lograr una flexibilización laboral desregulada, sin una contraparte directa con la cuál negociar las condiciones de trabajo, lo que desemboca en una pauperización laboral de los trabajadores directos, en el mejor de los casos, o subcontratados, en el caso más común y crítico. Esto último, la neutralización de los sindicatos, es de lo que da cuenta el informe de Human Rights Watch titulado “La violación del derecho de los trabajadores estadounidenses a la libertad de asociación por parte de Wal-Mart” (¿sugerente?). De igual forma, y agregando razones para desconfiar de las filantrópicas intenciones de invertir en tiempos de crisis, en el año 2007 Wal-Mart se enfrentó a la mayor demanda colectiva en la historia de los EE.UU. la cual tenía relación con la discriminación laboral que ejercía la empresa por razones de sexo. Y, por último, homologando el actuar de las “pulperías” salitreras de principios del siglo XX, en septiembre del año 2008 Wal-Mart debió acatar el fallo de la Corte Suprema de México que declaró ilegal el sistema de vales que la empresa había implementado para pagar a sus trabajadores, vales de mercadería que sólo se podían canjear en las propias tiendas de la empresa.

Podemos ver así los diferentes modos de actuar de los dos grandes del retail del país frente a la crisis económica local (mundial). Dos formas que a primera vista resultan diferentes y distanciadas, pero cuyos resultados, las finalidades de sus cálculos, las consecuencias de sus acciones, recaen sobre un mismo actor. La flexibilización laboral es una condición que distingue y hace posible la reproducción del neoliberalismo y toda crisis cíclica del modo de producción entrega la oportunidad de que las condiciones ontológicas del sistema se radicalicen. En este contexto es fundamental que las instituciones encargadas de la fiscalización de las condiciones laborales “funcionen”, que los partidos políticos, así como los empresarios nacionales, se pronuncien respecto de las consecuencias socioeconómicas de la inversión extranjera, que se articulen organizaciones de consumidores y que, sobre todo, se rearticule un movimiento que permita la organización de los trabajadores, el cual tenga la capacidad de socializar, politizándola, la relación capital-trabajo tomando su lugar en la tripartición Estado-Capital-Trabajo.



[1] Diario La Nación, Viernes 23 de enero del 2009.

jueves, 19 de febrero de 2009

La Horda Primitiva


Usualmente, es inevitable que, a la hora de pensar en el origen de algo, no se pueda sino pensar en una presencia creadora. Freud, para explicar el origen de las instituciones sociales, utiliza una hipótesis conjetural en la cual yuxtapone conceptos de la antropología y del evolucionismo darwiniano, esta hipótesis es un constructo teórico que hace referencia al mito de la horda primitiva donde “los hermanos expulsados se reunieron un día, mataron al padre y devoraron su cadáver. Poniendo así un fin a la existencia de la horda paterna”[1], esta confabulación contra el padre déspota que tiene el monopolio de las mujeres de la horda se realiza en el contexto de una “fiesta” en la cual los hermanos devoran cada uno una parte del padre asesinado lo cual les otorga un grado de identificación parcial con éste. Las instituciones serían la re-edición de este asesinato fundacional y fundamental, la iteración del mito de la horda primitiva que nos dice “tienes que ser como el padre, pero no seas el padre”. Para que un sujeto se constituya como tal tiene que erguirse sobre una borradura. En cada acto de institucionalización existe siempre un olvido estructural[2], el olvido de toda la historia a través de la cual el sujeto llegó a conquistar un lugar social, un lugar dentro de un campo. Toda escena es siempre un sucedáneo, una cadena de sustitución de una escena primaria que constituye al sujeto y que éste ha olvidado, no puede no olvidarla, y de la cual el campo, en tanto la máquina institucionalizadora, se encarga de camuflar, de ocultar el asesinato primordial.



[1] Sigmund Freud, Tótem y Tabú, Madrid, Alianza, 1996, p. 185.
[2] Ver René Lourau, El análisis institucional, Bs. As., Amorrortu, 1975, pp. 89-94, donde el autor se refiere al momento de universalidad y al momento de particularidad de las instituciones sociales.

jueves, 29 de enero de 2009

De vuelta de la montaña

Al llegar del lugar donde no hay más reloj que el día y la noche, cansado de caminar y sucio, pero gustoso de saber que aún hay gente que te lleva por levantar los dedos, me siento muy contento porque la imposibilidad de cumplir la planificación y la contingencia diaria dio paso a sabrosas coincidencias que, coincidentemente, siempre jugaron a nuestro favor.

Al llegar no nos pudimos quedar donde pretendíamos, ya no dejaban pernoctar cerca del glaciar, por lo que nos propusimos volver a las muy lindas cascadas que vimos por el camino, convicción que nunca tomó en cuenta las horas de caminata que nos llevaría llegar al lugar, pero quizás esta misma despreocupación llevó a don Fermín a ofrecerse para llevarnos en su camión hasta el lugar donde pasaríamos la primera noche, lugar que por primera vez en la vida me dio gusto no poder conciliar el sueño fácilmente, primero porque al lado mío respiraba y daba saltitos de cansancio la Vale y, segundo, porque el ruido de la cascada bajo la cual acampamos me hacía imposible, felizmente, cerrar los ojos.

Al otro día nos aventuramos al camino, con mucha agua y con toda la esperanza de que alguien nos remolcase. Y así fue, ahora era Reinaldo que en su camión minero nos llevaría hasta donde su pega lo permitía, hasta donde cargaba el yeso extraído de la mina. Y luego, bajando del camión al lado de un río frío y dulce, fueron los gitanos quienes nos llevaron en un camión que en su parte trasera traía una carpa armada, un sillón, tres sillas, la ropa tendida, dos perros, un niño y dos chilotes. Luego vino el viento que dolía, las cavernas desde las cuales caía agua, los truenos, los relámpagos y la lluvia (¿¡Realismo Mágico!? No, vida)

Los otros días fueron de seguir caminando, tres horas hasta un glaciar donde el deshielo había hecho de las suyas, una laguna, el agua que brotaba de la tierra. Volver, dos horas más, y preguntarse ¿por qué caminamos tanto?, la respuesta era simple, “por caminar”. Al otro día la fuga de las 7 a.m., el desayuno en la calle, las termas que, al sumergirte, daban escalofríos, el sueño, la duda del regreso. Y la señora Delicia que, curiosamente, hacía pan y empanadas, con su ofrecimiento nos hacía despedirnos desde abajo del bus que nos traería de vuelta y no quisimos que nos trajera.

Después acampar en una casa abandonada a la cual llegan sus dueños en plena noche, claro que estos no son los “dueños” a los que uno está acostumbrado, éstos te invitan a quedarte y a volver cuando quieras –¿será el aíre?-.

Y de vuelta de nuevo a levantar los dedos, subirse en Morales y bajarse en Puente Alto. Darse cuenta de lo miserable de la ciudad y reafirmar las convicciones ya radicalizadas, a la espera que las coincidencias sigan su azaroso curso, darle la cara a la contingencia, naciendo ya bastante viejo.

(lo mismo pero de otra forma)

Nos enseñaron a tener paciencia, nos enseñaron a no andar descalzos, nos enseñaron a morir de viejos, nos enseñaron a vivir a plazos, nos enseñaron a guardar silencio, nos enseñaron a temer la noche, nos enseñaron que el placer es malo, nos enseñaron a crecer a golpes. Nos prohibieron las cosas más hermosas, ir al campo a robar brevas, y crecimos enfermizos, faltos de aire y de besos, llena la piel de preguntas que contestaba el silencio.

Pero apareció la vida cuando moríamos de sed, era una fuente su cuerpo que invitaba a los sedientos a beber.

Probamos la dulzura de la carne, supimos que aún estábamos a tiempo, nos hartamos de besos de manzana, declaramos la guerra al sufrimiento, nos quitamos la vieja piel a tiras, renegamos de todo lo sabido, prometimos pecar a manos llenas, nos hicimos más tiernos y más niños. Ahora cada día tiene su fruto, cada noche su secreto y el tiempo es una mentira que han inventado los viejos. Al arrancarnos las vendas que nos negaban el cuerpo, descubrimos el presente que es lo único que tenemos. Y cantaremos la vida y no abriremos la puerta a la muerte mientras adentro del cuerpo quede una gota de deseo.

Don Joaquin

Otra cosa...
El año pasado, por estas mismas fechas, un amigo se suicidó. A su salud fue publicado, mientras viajaba, este artículo en Arena:

http://noticias.uarcis.cl/index.php/arena-publica/102-sociedad/753-volverse-hacia-la-muerte-como-posibilidad-para-la-liberacion-

martes, 30 de diciembre de 2008

Arena Pública


Publicar en Arena Pública es hacer público mis arenosos pensamientos, mostrar de manera más calmada, seria y trabajada ciertas ideas que de cuando en cuando se dejan ver. Utilizar esta plataforma de opinión, con infinitamente más respaldo que Para Leer Antes de Dormir pues detrás se encuentra una institución de educación superior (¿existe la educación inferior?), permitirá llegar a otros lectores y, espero, abrir nuevas ventanas para conocer otros paisajes. Llegar a este arenal, para dejar la sangre en él, es la oportunidad para continuar revolcándome, haciendo malabares, toreando, fabricando castillos, ocupando, desde la palabra, el espacio con una sociología insolente y burlona.

Agradezco la oportunidad a Luisa Bustamante (RM), Jordi Berenguer y a la edición de la Arena por dejar que este Joven Aprendiz de Pintor deslice su espátula sobre ese arenoso lienzo. Y sobre todo agradezco a Valeria Hevia que con su infinita compañía y paciencia contribuye a mi ser-siendo. Su frágil sensibilidad y capacidad de oír, criticar y hacerme dudar complementan, siempre, toda buena lectura.


Para leer artículo:

http://noticias.uarcis.cl/index.php/arena-publica/100-politica/671-neoliberalismo-y-democracia

jueves, 4 de diciembre de 2008

Café & Cigarrillos


¿La cuenta señor? –me preguntó-

El negro café me impregnaba de su amargura. El parque, los autos, la gente que camina sin detenerse, el cigarrillo que, igualmente, se consume en el cenicero plateado, la iglesia, esas campanas que no han parado de sonar en estos últimos dos segundos, eternos y confinados segundos que no se repetirán, que no son ni serán.

¿Por qué no termina de amanecer de una vez?, el frío me duele y siempre me ha dolido y sin embargo me gusta mucho más que el calor –porque el calor arde-. Tomarse un café con esos malditos 12 grados y una sensación térmica de menos 1000 es impagable, la llovizna que acosa a los caminantes que se mueven al rimo del talán de las campanas y esa maldita-bendita combinación de café y cigarrillos que te amarga el alma a cada sorbo y te mortifica a cada bocanada, que me devuelve la vida mal acompañándome en cada amanecer.

Por favor –le contesté-

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Los esclavos "libres"


Los esclavos son muy especiales.
Los esclavos no queman los micros y cuidan sus trenes.
Los esclavos donan sus chauchas por caridad y ¿quién se compadece de ellos?
Los esclavos trabajan, día a día, algunos, noche a noche, hasta que ya no le sirvan a la maquinaria y llegue su hora de jubilar, un paradójico júbilo.
Los esclavos le dan sentido a su vida, aman, odian, ríen, sobre todo ríen.
Los esclavos celebran sus fiestas, como si hubiese algo que celebrar, como si la esclavitud fuese celebrable, como si la vida no fuera muerte, se divierten olvidando su esclavitud.

Los esclavos hacen esto y lo otro, se ocupan. Los esclavos tienen miedo de vivir, no quieren por no querer, no son capaces de darse a la vida, de darse la vida.

Los esclavos le dan la espalda a la posibilidad de su propia liberación porque la libertad, la verdadera libertad, no es ningún manjar. Esta es macabra, es tan triste que el esclavo prefiere seguir siendo esclavo.


Los esclavos, cuando se dan cuenta que son esclavos, visitan al psiquiatra para poder seguir anesteciados, tranquilos, seguros.

lunes, 10 de noviembre de 2008

No más avisos


No comunicaré ya nunca más las actualizaciones del Blog. No es que ya no me interesa que lo lean, aunque quizás algo de eso hay –me encuentro en un periodo de decepción para con la humanidad en general, con el concepto de hombre-, sino que, más bien, me interesa que lo lean solamente los interesados en lo que se escribe y creo que para lograr esto es necesario que no lleguen linkeando sino que acudan porque les surja, de manera espontánea y contingente, casi como una pulsión pero sin ser tan baja y grosera, las ganas de saber qué es lo que dice este esquizoide que escribe por escribir y no para que lo lean.

martes, 4 de noviembre de 2008

U. S. A.


En la contingencia de las elecciones presidenciales gringas, los analistas chilenos y latinoamericanos en general han dicho que la elección de Obama como presidente del imperio es, de cierta manera, más beneficiosa para Latinoamérica que la elección del republicano Mccain, por la razón que sea.

Obama ha “invertido” US$20.000.000 y ha entregado, para la comunidad hispana, un mensaje en español paradójicamente sin siquiera saber hablar español sino que aprendiéndose de memoria la pronunciación de cada frase y editando la grabación para omitir los errores (¿esto no es engañar?) para acercarse al voto latino.

Bueno, los gringos son los gringos, no le pidamos cisnes al Mapocho, pero, por alguna vez en nuestra sodomizada historia, exijamos dignidad.

viernes, 24 de octubre de 2008

Don Carlos y su contingencia



Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal de EE.UU. En su comparecencia ante el comité de supervisión de la cámara de presentantes de esa país indicó que "Cometí un error al presumir que los bancos y otras organizaciones podrían proteger ellos mismos sus acciones y a sus accionistas". Y, frente a la pregunta de los parlamentarios acerca de si consideraba que su ideología -de libre mercado- era incorrecta pues no estaba funcionando, Greenspan respondió afirmando "Exacto. Esa es la razón por la que estoy tan shockeado". Todo esto en el contexto de la actual "crisis".

Un conocido, hace muy poco, me dijo que yo me preocupaba solo de leer literatura añeja, teorías pasadas de moda según él. Pero el más neoliberal de los neoliberales (más que el conocido al que aludo, que es neoliberal pero no está conciente… en realidad, más que neoliberal es un consumista), el ex presidente de la Reserva Federal gringa, reconoce, a la distancia y en ingles, la contingencia de las lecturas.
Solo alguien que haya tomado a leer manuales
como si fueran libros
buscaría la “moda” en las lecturas.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Gracias por la llave


Mi hermano llegó, de nuevo, con un libro de regalo. “Ayer soñé con Valparaíso” se llama y trata acerca de crónicas del puerto más malsano del mundo, más maldito y más bendito, del único lugar donde el sol tiñe las aguas con lágrimas violetas por no poder mirarlo en doce largas horas más. Lagrimas parturientas, parto de la noche más paria y el sueño más porteño.

Digo “de nuevo” porque de parte de este poeta de acuarelas y líneas rectas y delicadas, que parecen quebrarse en el momento preciso en que la tinta fue desprendida de la pluma para hacerse trazo, he recibido el más importante de los libros. No me refiero a éste último, con toda su historia y laberintos. Tampoco al indispensable “Cien años de soledad” que en mis manos a devenido en cinco inviernos de lectura, en mis ojos a dos pupilas zigzagueantes y en mis noches a sueños realmente-mágicos. De ninguna forma los encargos, cargados de teoría, que cruzaron los Andes, tan desleídos, procesados y marcados. Y, de ninguna forma, a los pasquines que semana a semana sirven de alimento a este lector-sanguijuela que lleva por hermano.

Hablo, y el punto aparte vale la pena, del primero, de ese librito para cabros chicos sin t.v., sin Internet y sin celular. De ese Papelucho de tapa blanca, contratapa fucsia, hoja de roneo y dedicatoria en la primera plana. De ese libro enano de 67 hojas, con ilustraciones, y que después de la segunda o tercera lectura recién comprendí. A los seis años, cuando la lectura que concebía era la de juntar letras, y no la de leer entrelineas como la que ha devenido, no era tarea fácil.

Éste libro, aunque pudo haber sido cualquiera (menos una revista “Atalaya”, claro está), el titulo a esa edad poco importa y el contenido es pura imposición, fue el que me dio la bienvenida. Pero, y porque pudo haber sido cualquier libro, es que lo valioso no es el papel sino que el valor está en la acción, fue ese movimiento infinitamente más importante que el libro mismo, fue el gesto de mi hermano el que me dio la bienvenida, y ahora lo explicito, al campo de batalla de la palabra, el que me invitó a la trinchera del lenguaje, batalla que,  recién 20 años después, puedo decir que disfruto de manera casi compulsiva.

Ese libro aún lo conservo, casi de manera fetiche en medio de tanto clásico, claro que ahora ya no se codea con cualquiera, no, no. Está mucho más sutil, y también mas canalla, ahora, ese flaco personaje, ha aprendido a hablar con sabios como don Carlos, don Emilio o don Max -por hablar de algunos de los más viejos (y tan jóvenes) que amablemente han accedido a sus llamados-. Y con ellos se siente tan a gusto que puede pasar noches enteras haciéndoles preguntas, buscando las respuestas entre líneas pues, estos señores, irónicamente, han perdido la voz, pero no el habla ni el sentido, y solo se hacen escuchar cuando se les pregunta trabajosamente.

Gracias Juan, entonces, por la llave. Pues, ahora comprendo, lo único importante es leer.

martes, 23 de septiembre de 2008

Volver a caminar


Hace un buen tiempo ya que no he escrito. El tiempo se me ha hecho agua entre lecturas, trabajos, películas, arrumacos y relajos, compromisos y gustos, que poco le daban a mi cabeza motivos para producir y tan solo era dada la re-producción. Pero ya está, me animo de nuevo, adelanto las líneas, los stoppers se vuelven laterales, los centrocampistas atacantes, Vargas sube a cabecear los corners lanzados por Leo Rodriguez y Victor Hugo comienza a dar pelotazos a espaldas de los defensas para que San Marcelo le de la bienvenida a la “gordita regalona” bajándola con el brazo y fuera de juego, ¡si, con el brazo y fuera de juego, barra brava!, mire al palote-toledo que llevaban por guardapalos, este se incline pidiendo piedad con sus ojos y el santo cobre y celebre. La sur estalló, el “lulo” de rodillas lloraba y nosotros, teñidos de azul, saltábamos de pura alegría.

La página en el tiempo que lleva arriba, y pese a que por lo menos en el último mes no tuvo ninguna actualización decente, tiene más de 3300 visualizaciones, cantidad de visitas que causaría envidia a cualquier anciano de la Fundación las Rosas. Por lo mismo, no por los viejecitos sino que por las visitas, es que vuelvo a las andadas. Si por lo menos hay 10 personas que han visitado la página unas 330 veces me siento pagado. Tengo claro, además, que estas visitas son el último recurso de su navegar, cuando ya se ha decidido quemar las naves una luz de esperanza brilla en el ciber océano y, antes de apagar el Pc se embarcan de nuevo, repito, como último recurso, después de sus correos, Messenger, you tube, pornografía infantil y por supuesto, el enemigo Nº1, feisbuc, al cual le tengo declarada la guerra. Es que encuentro tan decadente el tratar de tener amigos por este medio, y ojo que he sabido de quienes están orgullosos y se jactan de la cantidad que tienen, que decidí, ya sabiendo lo impopular de esta medida, tratar de desprestigiar su nombre, mal escribiéndolo, y su uso, quizás, mal entendiéndolo. Además, seamos honestos, ¿No encuentran idiota decir cada cosa que se está haciendo?, ¡despierten que eso es para los militares! o los radiotaxis pero no para las personas (Si. los milicos, los curas, los pokemones, los taxistas, los ascensoristas, los banqueros, las secretarias y los animales ¡NO SON PERSONAS!)

Han pasado tantas cosas este último tiempo en macondo: un paco se convirtió en santo, parece que los pokemones se extinguieron o tuvieron que empezar a trabajar part-time (se acabó la fiesta nomás cabros, a venderse barato se ha dicho), la selección perdió y ganó (y perderá, pero lo mismo dará pues el estadio se llenará igual, con las entradas más caras de Latinoamérica y la ANFP felizcota), ¿subió el sueldo mínimo?. Pero lo más importante, sin duda, fue el guiño que nos hizo Dios, ¡si! el mismo, Yahvé, el innombrable (eso significa Yahvé) el cual con sus caprichos o designios como le llamaría un seguidor nos demuestra día a día que se olvidó completamente del planeta, pues si ya nos habíamos dado cuenta que para los pobres nunca ha existido, ahora se confirmó que para los ricos tampoco: “la tragedia que enlutó a todo Chile” (según los noticiarios) del Colegio Cumbres nos lo demostró, de hecho el cura Hasbún declaró que “Nietzsche pudo haber tenido razón”. Además “El señor de la querencia” hizo de las suyas y nos demostró que el país vive pegado a la cajita idiota y, nuevamente, el 18 dejo a los patriotas abrazando, literalmente, al terruño de nuestra patria…

Vuelvo a las andadas y si me paran los pies… me salen alas.

miércoles, 23 de julio de 2008

Instituciones Sociales



Conocer las relaciones y diferencias entre el momento instituyente –particular- y el momento instituido –universal- de la institución es fundamental para comprender y criticar a la misma. En el momento instituido se da la universalidad, se asume la institución tal como Durkheim describía un “hecho social”, es decir, algo que está, externo a los sujetos, una estructura permanente que siempre ha existido, que coacciona, es decir, que rige los modos de ser, pensar y sentir. En este sentido no hay un cuestionamiento por el origen de la institución, sino que solo se da cuenta de su funcionamiento, cada institución cumple su función al interior de un “sistema social”. El momento instituido impide la pregunta por el origen originante, impide la pregunta por quién creó a los creadores. El momento instituyente, en cambio, es el momento de la particularidad, lugar donde, según la fenomenología, la relación intersubjetiva da origen a la institución. Para la fenomenología el positivismo se encuentra en crisis y esta se manifiesta en que éste no permitiría conocer puesto que investiga los “hechos sociales” en tanto “cosa”, es decir, en el momento instituido, y no se detiene a estudiar el origen de la institución, la relación intersubjetiva, el fenómeno. La fenomenología, por lo tanto, es una crítica teórica y política al positivismo, el cual al cosificar los fenómenos impide u oculta su origen conflictivo. Por otro lado, desde Marx, la institución se historiza, es decir, se concibe que ésta no ha existido desde siempre sino que, más bien, estas son el resultado de la lucha de clases, conflicto entre burguesía y proletariado en el caso del capitalismo industrial, que como tal es el motor de la historia. Este conflicto queda oculto por la ideología, la cual presenta los intereses particulares de una determinada clase como si fuesen universales y verdaderos. Develar este conflicto, así como mostrar que las instituciones aplastan las relaciones intersubjetivas, permitiría remover el “olvido estructural” inherente a toda formación institucional, mostrar su violencia fundacional, su crimen fundamental.

La institución no es una “cosa” (versión sociologista) ni un fantasma (versión psicologista), sino un proceso: el momento de las fuerzas históricas que hacen y deshacen las formas. La nivelación que supone la descripción de los tres momentos filosóficos (universalidad, particularidad y singularidad) debe trasponerse a un registro dinámico. Entonces la institución no debe ser analizada como un círculo u oposición entre un lugar universal y otro particular. Esta dialéctica instituido-instituyente es la lógica de la operación Estatal en tanto concepto universal que inscribe ciertas particularidades, dialéctica entre el momento universal y particular que, siendo contradictorios, pueden reconciliarse. Una universalidad diferenciada en la cual las particularidades pertenecen y se reconocen en la misma universalidad que los constituye, lo particular supone una diferencia que tiene como campo de sentido lo universal. Entonces, para analizar la institución se debe estar posicionado en el lugar de la singularidad, ya que este momento desactiva el dispositivo universal-particular puesto que lo singular es una irrupción irrepresentable, una no-figura que analiza a la institución desde el lugar de des-inscripción de la misma. Según Lourau, a propósito del análisis institucional nos indica que está centrado ante todo en la dialectica instituido-instituyente, no permitía poner en evidencia el tercer termino –la institucionalización- indispensable para develar y enunciar, en el devenir y no en el cuadro binario de las dos primeras instancias, las implicaciones de cada uno, en las ciencias sociales existe un “punto ciego” ya que éstas no son capaces de pensar cómo es que las fuerzas instituyentes se transforman en instituidas. Este punto es una condición estructural de las ciencias sociales puesto que estas piensan a la institución desde lo instituido o lo instituyente pero no pueden concebir el paso del uno al otro, es decir, la institucionalización en tanto proceso por medio y durante el cual nacen las fuerzas sociales instituyentes. La institución debe ser entendida como una máquina de institucionalización permanente, un constante trabajo –proceso- sobre la fuerza instituyente, a favor de su codificación y del uso estratégico de sus significantes. Castoriadis relaciona el proceso de institucionalización con la imaginación la cual puede ser representada como un magma que puede cosificarse pero cuando se cosifica no se agota como tal, este momento de cosificación en constante proceso es la analogía a la permanente institucionalización que llevan a cabo las instituciones, que trata siempre de transformar el momento instituyente (“imaginario radical”) en momento instituido (“imaginario efectivo”). La consecuencia de esta apropiación permanente de lo instituido es que se deja ver el carácter histórico de la institución y asoma la esperanza de un cambio de social.
Para Rubio

lunes, 14 de julio de 2008

El vademécum de las cosas que he visto.


He visto motores gripados de 850cc. siendo ajustados por Don Alfredo Amigo, mecánico grasiento y ciego. Días nublados que amenazan con tormentas y con sabor a menta. Estudiantes por jubilar, partiendo una nueva vida pasando la mitad de ésta. Amaneceres rodeados de botellas, con sabor a nicotina y alquitrán. He visto vivir a un amigo sin corazón y estrenar uno de repuesto al otro día montando una bici que por más que la pedaleaba no se movió ni un centímetro (y esto último lo vi por t.v.). He visto Ángeles rezando, un nieto de dirigente sindical disfrazado de surfista, huérfano de olas. Vasos rotos, manos por la espalda, bailes solos, muertos de risa por evitar vivir llorando. Vírgenes de porcelana sangrando por los ojos, a Miguel Angel viendo al cristo en las nubes. Filas interminables para pagar. Curas con sotanas y sin coturnos caminando en un jardín de rosas en busca de la gordita regalona en medio de un retiro espiritual. Guitarras muertas tocadas por el diablo etílico de mi tío. Católicos de iglesia una vez por semana, que no perdonan y comulgan sin repugnancia. Noches prisioneras de risas inoportunas. Tabiques blancos, otros de platino, remozados para los demás. Relojes de arena con las pilas agotadas.

Un corazón con caparazón de roca, agujeros negros en bocas de aceitunas. Jardines de olvido (de la buena) usurpados de los patios. Uñas ardiendo, canutos doblados, ojos marrones, lluvia, estaciones de metro. A dos hermanos: Pedro y Pablo Vicario (gemelos tal como tiempo y olvido) saliendo, raudamente, de la carnicería en busca de Santiago Nasar. Me corroboraron que el gordo carnicero no creía en el alma pero que por ningún motivo se comia al animal que mataba. Y vi a Aureliano, el menor de los Buendía, subir una escalera mecánica con su hijo no reconocido, pero que le aporta. He visto a Belcebú y me ha confesado que después de intentar una revolución sangrienta contra el poder totalitario de Dios fue exiliado, calumniado y humillado. A Don Joaquin contó que de haber ganado no habrían existido ni Diablo ni Dios, ni tuyo ni mío, ni odio ni trabajo. El cielo, pensándolo un poco, me huele más a club privado que ha paraíso, el infierno a un oasis en medio de un desierto de llantos y el diablo a un caballo sin establo.

He visto películas de Emir, Qüentin y Pedro; de Kusturica, Tarantino y Almodóvar; de Gitanos, Mafiosos y Travestis; de la vida (la guerra), de la sangre y de las majas. He sido Marko, un perro de la calle y una chica Almodóvar. Duro, heroinómano y con los ojitos rojos me he perdido. He visto a personas que al callarse lo dicen todo. A escritores que no escriben, pensadores que no piensan, vividores que no viven, piletas sin agua, príncipes enanos vestidos de gris, estilistas, especialistas en nada, cuerpos del tipo croquis, espejismos de alcanfor y marionetas gigantes.

He visto esto y muchas otras cosas increíbles que si se las contara nadie me creería.

martes, 8 de julio de 2008

Clase Media Chilena


Leí los datos preliminares de un estudio realizado por el Instituto de Sociología de la Universidad de Chile el cual intenta caracterizar a la “clase media” chilena. Que tipología más insípida y heterogénea. Los datos estadísticos nos dicen que es el 45% de la población total del país y, dentro de este porcentaje lo que destaca es que un 47% tiene deudas en mora y un 44% tiene auto, Chevrolet o Toyota de preferencia. Otro punto destacable es que la cantidad de años de educación de esta clase es de 17, es decir, tiene el rango de profesional o, a lo menos, técnico. Ha poblado ciertos sectores de la capital, especialmente las comunas del centro y las comunes satélites de los sectores más periféricos tanto del oriente como del poniente capitalino. Esta “clase” más que por donde se mueva o lo que consuma, lo que la define es lo que hace posible que se mueva por donde se mueve o que consuma lo que consume, es decir, su sueldo. El sueldo de la clase media va desde los $450 mil y $1 millón 800 mil al mes (¡y están endeudados!). Estos datos importan, sin duda, pero más que lo que gana, las cosas que compran o cuanto se endeudan es importante destacar el carácter que tiene esta “clase”, carácter que los datos estadísticos no muestran o, mejor dicho, se esfuerzan por ocultar.

La clase media en Chile nace a comienzos del siglo XX, cuando el Estado tenía un carácter de benefactor, una parte del dinero de éste iba a dar a los obreros y funcionarios del mismo. Es decir, la clase media era aquella que se enrolaba en la burocracia Estatal, ese grupo que se veía directamente beneficiado por la administración Estatal y sus recursos. En este primer momento destacaba la homogeneidad de este grupo social dependiente de la estructura político-social o, como lo diría don Carlos, de su posición en la división social del trabajo. A fines de los 70 y principios de los 80 el rol subsidiario del Estado desapareció, la revolución neo-liberal implantada por las armas de los militares y las ideas estadounidenses comenzaba a surtir efecto. La “clase media” comienza a quedar huérfana, el mercado desplaza al Estado, y esta clase no tuvo otra salida que enrolarse al consumo para poder mantener y aumentar su capital simbólico (o económico, puesto que entre estas dos concepciones se da una relación dialéctica económico-simbólico).

Lo realmente destacable es este carácter de la clase media, su constante enrolamiento a las filas de la institución que le entregue estabilidad, que le entregue capital simbólico, sea el Estado, como en un primer momento, o el mercado, como en la actualidad. Este carácter contractual de la clase media es lo que la priva de toda posibilidad de politicidad en tanto relaciones de poder, es decir, una zona de anomia radical, constante lucha donde las distinciones estables de la sociedad se disloquen y se institucionalicen continuamente nuevos tipos de innumerables distinciones inestables, que permitan la heterogeneidad cultural necesaria para evitar el pensamiento uniforme. La clase media ha necesitado siempre de un poder disciplinario que la domine, no puede no necesitarlo puesto que ha nacido de este poder, está atravesada por él y lo sufre constantemente. Su politicidad no pasa más allá de ser un sujeto político administrado –población-, un conjunto de individuos estadísticamente cuantificable y no una categoría jurídico-política litigante necesaria para el correcto funcionamiento social. Esta es una bomba de tiempo. Los 17 años de educación (¡estamos hablando de técnicos y profesionales!) no han servido para nada más que reproducir la dominación de manera incuestionable.

martes, 10 de junio de 2008

Radio Insomnio


Paso. Llamo a un comodín. Publicidad. Obra artística. Cancha, tiro y lado. Jueves, Viernes y Sábado. El eficiente está del otro lado… el productor. El viagra se refiere al deterioro (físico y de expectativas), no tiene una utilidad explicita, las encías se recogen, hasta las orejas, en fin, un montón de cosas. Después de los treinta ya no se es más joven, las mujeres se ponen más interesantes, dicen. La mejor edad es de los cincuenta para arriba, se quien soy, no controlo a mi pareja, si mira fútbol no lo interrumpo, filtro gente, se lo que me hace bien y lo que me hace mal. Alomejor se trata de vivir en plenitud, aparece en el horizonte la pregunta de cómo he vivido y en que consiste la vida. Es un momento, claro, propicio para la reflexión, vivir en plenitud y aceptarse para no ponerse amargado. Yo soy muy sensato, es una etapa estupenda, mides las rabias, los enojos, si vale la pena. ¿Si UD. Está apunto de morir mirara hacia atrás que cree que pensaría? “Me mearia de la risa y pensaría… que mierda fue toda esa payasada”. Borges, si volviera a vivir. Un solteron sabio (no podía no serlo en su condición). Un texto bien poético con cierto despecho a la vida. Yo no usé más despertador y llegué tarde a todo. Me río muchísimo, en el fondo es una terapia, las reflexiones y las imposturas son para mí. Si hasta la mejor belleza cansa… una mina es aquella que tiene compromiso, esa es una belleza que no se agota… hay mucho mito de eso. Que batalla absurda eso de tratar de ser linda, calzar en el talle, en el look, en el modo de vincularte, no tiene sentido y le echamos la culpa a los hombres. El llegó con esa tenida gris y fracasó la relación, ella le dijo no y vivió feliz para siempre. Como diría Carlitos Garcia “no fueron las pastillas… fueron los hombres de gris”

martes, 3 de junio de 2008

¿Qué va a pasar cuando facebook pase de moda?


Facebook es terrible. ¿Qué lleva a una persona a buscar a otra siendo que ya han perdido todo contacto?, ¿Para qué? si por algo –un problema- dejaron de tenerlo. Tengo por lo menos veinte desagradables personas que me han enviado la solicitud para que los acepte como amigos y yo, estoico y confundido, me niego a hacerlo. Son los nuevos masocas de ciber-espacio que vienen por otro golpe, no les bastó que dejaras de hablarles porque ya, simplemente, no tienen los mismos intereses, sino que vuelven a "solicitar" tu amistad, vuelven para comer migajas, te piden que por favor los aceptes.


Pero, pensándolo bien, no es porque ya no quiero hablar con ellos que no los acepto. Es, en realidad, por lo que se viene después. Como todo, lo nuevo está destinado a envejecer, así como la epístola fue reemplazada por los teléfonos y, después, el e-mail se tomó la dulce venganza, reivindicando el intercambio epistolar, igualmente como tener fotolog o Blog ya casi no sirve de nada, de la misma forma el facebook tiene fecha de caducidad. Y, entonces, ¿qué va a pasar en ese momento?, ¿Qué va a pasar cuando nos demos cuenta que esas personas que estaban en nuestro, a veces olvidado, pasado arribaron a nuestro presente solicitando una nueva bofetada?, ¿Qué va a pasar cuando nos demos cuenta que esas personas se debieron quedar donde estaban?... en el pasado.

jueves, 22 de mayo de 2008

Positivismo o Fenomenología


¿Qué corriente epistemológica perseguir para la investigación? Toda Investigación para tener el rango de tal debe ser crítica, no hay de otra. Nos preguntamos el significado de los fenómenos para develar lo que esa aparición nos oculta. Nos obsesionamos por conocer y dar a conocer en momento instituyente de la institución, su crimen fundamental; por quitar el eufemismo que esta lleva como envoltorio en tanto olvido estructural. Debemos historizar a la institución, quitarle el grado instituido que lleva consigo el momento universal de ésta y entregarle el momento instituyente, la particularidad de la fiesta inicial.

La manera de conocer los hechos sociales, entregada por el positivismo, es decir, por Comte, Spencer (no tunik), Durkheim y, hasta, Parsons; ha sido la de entender esta “realidad” como una cosa. Una estructura exterior, institución en el momento universal, que existe anterior a nosotros, y que seguirá existiendo, la cual nos coacciona, es decir, nos dice que hacer, sentir y pensar; es decir una institución que no tiene momento instituyente más bien es siempre instituida. Los hechos sociales del positivismo pueden ser explicados por una relación causa-efecto (como en la física), pueden ser medidos y sus resultados comprobados, son concebidos como objetos que pueden ser apropiados por el sujeto. El positivismo busca tecnificar los procesos con el fin de controlarlos, utiliza una racionalidad instrumental (causa-efecto) para lograrlo.

En el positivismo no existe el momento de la critica puesto que este método no nos permite ver lo que existe antes de la constitución del hecho social, no tiene la intención de mostrar el momento particular de la institución, su bacanal, su violencia instituyente. Y, como ya deben saber aquellos adiestrado en las artes de la Investigación, para conocer debemos dilucidar los límites internos que dan lugar al surgimiento de un hecho, es decir, lo que hay previo al momento universal de la institución, la relación intersubjetiva, en definitiva, comprender el fenómeno. En la fenomenología lo que existen son los fenómenos, los cuales pueden ser descritos para su posterior comprensión. La fenomenología permite contrariar la hegemonía de los investigadores positivistas en tanto permite combatir el positivismo de manera teórica, política y práctica. Hace posible una oposición al poder positivista donde el afán objetivista, que busaca estudiar las cosas mismas, oculta lo que se estudia. La cuestión está, entonces, en estudiar lo que hace posible un hecho social, las luchas, siempre de poder, que dan lugar a las instituciones, lo que Marx, tan lucidamente (no podía ser de otra forma si hablamos de Marx), denominó “el motor de la historia”, las contradicciones intersubjetivas: el fenómeno.

Antes de terminar necesito aclarar algo. Nótese la letra “I” mayúscula que da comienzo a la palabra “Investigación”, ésta la utilizo para hablar de aquel estudio que tiene un rango de crítica y no a la que se forma en las filas del positivismo más descabellado como pude ser la que llevan a cabo instituciones tan fascistas como la PUC o la UDP, las cuales adiestran a los pobres alumnos (no estudiantes, ustedes sabrán porqué) en la técnica de la tautología teórica y la técnica práctica. Una anécdota: yo estudio en una universidad pequeña, periférica, siempre en crisis, con intensiones de crítica, digo “con intensiones” porque ninguna institución cumple su discurso, sino que, más bien, con éste oculta su verdadero propósito (me reservaré, por el momento, cual es el “verdadero” propósito que oculta). Entonces yo, estudiante (no alumno, ustedes sabrán porqué) adiestrado más en la teoría que en la técnica, me encuentro, en las calidas calles de Ñuñoa, con un alumno de sociología de una universidad que adiestra a los estudiantes, sobre todo, en las técnicas del método científico, que conocía desde antes que militara en la vereda del positivismo más acérrimo. Entre las cosas que conversamos nos fue imposible no hablar de la profesión, me contó con entusiasmo que había terminado ya su tesis y que había llegado a resultados “revolucionarios”. Básicamente “descubrieron” (él y su compañero, también alumno) que lo que se “enseñaba en los colegios, es decir, el contenido educativo de éstos, de una comuna con bajos ingresos era completamente contrario a las necesidades que tenían los jóvenes de la misma”. Es decir, que la educación impartida no era la que necesitaban las personas sino que, más bien, era la que necesitaban enseñar desde los sectores que crean las políticas educacionales, es decir, las clases dominantes. Escuché esto, no con las mismas palabras claro está, y no pude hacer otra cosa que sonreír. “¿Resultados revolucionarios?” De leer a Marx, Grarmsci, Foulcoult, Zizek, Bourdieu, Benjamin, Freud y tantos otros, ni hablar, menos de (manejar y no solo conocer) conceptos como lucha de clases, ideología, poder, campo, habitus, institución, síntoma, etc. Era mejor hacer encuestas, procesar la información y mostrar los resultados, por supuesto, revolucionarios. Es por esto que a la Investigación crítica le pongo la “I” mayúscula y a la otra, de manera despectiva y arrogante, la llamo simplemente investigación. Y, cuando pienso que un profesional salido de estas universidades aludidas tendrá una mayor cotización dentro del mercado laboral que lo que podré tener yo, estudiante de una universidad periférica, con un dejo de rabia, le llamo investigación Tautológica. En todo caso, espero no haber entendido bien las conclusiones de la investigación revolucionaria y que solo haya servido como caricaturización de lo expuesto… por el bien del campo.

jueves, 15 de mayo de 2008

Reformas Neoliberales: La Crisis Sindical


La filosofía política neoliberal concibe que la organización social más eficiente se lleva a cabo por medio de la autorregulación del libre mercado, es decir, son las fluctuaciones de la oferta y la demanda las que organizan la vida de las personas. Este modelo económico comenzó a ser instaurado en Chile a partir de 1973, el Golpe de Estado fue el punto de inflexión que permitió la verdadera transición política que ha sufrido –literalmente- nuestro país.

El sistema político autoritario se puso como objetivo devastar los movimientos sociales, lo cual propició un nuevo esquema de relaciones sociales el que se basaba en la iniciativa privada y el desarrollo imparable del mercado, donde priman los componentes individualistas y adquisitivos por sobre los componentes asociativos y expresivos. Esto fue reforzado con la institucionalidad jurídica laboral de carácter represivo la cual tuvo gran impacto en la capacidad de organización y en las acciones del sindicalismo, esto último debido a la desarticulación del Código del Trabajo.

La administración económica del régimen militar planteo que la ley laboral existente en Chile, desde 1925, impedía el correcto desarrollo económico del país ya que le otorgaba mucho poder a los sindicatos, para el neoliberalismo, en palabras de Salazar, era “una interferencia “perversa” en las leyes del mercado”. Surge entonces un plan “modernizador”, impulsado por José Piñera desde la cartera del Trabajo, el cual buscaba reglamentar los contratos de trabajo, los sindicatos y sus negociaciones colectivas.

La modificación más importante que toca al movimiento sindical es la que guarda relación con la constitución de más de un sindicato por empresa, lo cual provocó que la organización sindical se tornara más compleja en comparación con el tipo de organización anterior en la cual solo podían existir dos sindicatos por empresa, uno de los obreros y el otro de los empleados, esto provocaba una organización más expedita y ampliaba la capacidad negociadora.

Se estableció, además, la creación de cuatro tipos de sindicatos, de los cuales solo el primero que se apuntará podía negociar con la empresa y tenía el derecho de poder llevar a cabo una huelga “legal” para esto, el resto de los sindicatos solo existirían como una organización de trabajadores sin derecho a la negociación. Los cuatro tipos de sindicatos son:
1) Sindicato Empresa. El cual agrupa a trabajadores pertenecientes a solo una empresa.
2) Sindicato Interempresa. El cual agrupa a trabajadores pertenecientes a varias empresas.
3) Sindicato Eventual. El agrupa a trabajadores que tengan un trabajo transitorio, como pueden ser los temporeros(as) y obreros de la construcción.
4) Sindicato de Trabajadores Independientes. El cual agrupa a trabajadores que generan ingresos de forma autónoma.

Es posible apreciar que no existía una represión total o visible con respecto a la organización sindical pero si una desarticulación a la orgánica de los trabajadores, lo cual trajo como consecuencia la casi nula organización.

Otro cambio que afecta a la organización de los trabajadores es la apertura al exterior de la economía Chilena. Con la disminución de los aranceles a la inversión extranjera, sectores con un gran poder de sindicalización como lo fue la Industria Nacional y el Sector Público comienzan a sufrir las devastadoras consecuencias de esta nueva política, con lo cual entran en crisis los empleos tradicionales. Al surgir nuevos sectores de trabajo, como pueden ser las salmoneras, temporeros y servicios; se comienza a perder la cultura y la tradición sindical.

Otra importante modificación fue la que se llevó a cabo con los contratos de trabajo. En este aspecto el principal hecho, que marca hasta hoy en día el desarrollo laboral de los trabajadores, es la supresión de la ley 16.757 promulgada el año 1968 la cual regulaba la expansión y desarrollo del subcontrato ya que excluía a la subcontratación de las labores inherentes a la producción principal de la empresa y, también excluía, las labores de reparación y mantención de equipos necesarios para la producción de la empresa. La empresa, entonces, solo podía subcontratar personal en un giro determinado.

Esta reestructuración productiva dejó el campo libre a la subcontratación de personal lo cual permitió que trabajadores subcontratados participaran en los principales procesos productivos de una empresa, sino en la mayoría de estos procesos. Esto permitió al empresariado abaratar el costo que se tiene para con los trabajadores y, a consecuencia y como siempre, elevar el nivel de plusvalía. Este era solo el comienzo, hoy en día podemos ver sus consecuencias en el caso ejemplar de la industria cuprífera y, si no se realizan prontas reformas laborales, la crisis se intensificará.

martes, 29 de abril de 2008

La opinión de la semana después


La pasada semana estuvo empapando el ambiente la discusión acerca de la prohibición, por parte del Tribunal Constitucional (TC), de distribuir en los servicios públicos de salud la píldora del día después. Treinta y seis parlamentarios de la alianza instalaron el requerimiento en el TC, éste falló y el gobierno acató el fallo, la sociedad civil se manifestó masivamente colmando una parte no despreciable de la principal calle capitalina repudiando el fallo, cuestión última que quizás tenga más importancia que las primeras.

No hay que olvidar que el TC lo que hace es velar porque la constitución política de la república no se pase a llevar (Cáp. 7 de nuestra constitución política). Pero se da una paradoja, por un lado debe defender el derecho constitucional a la vida del que está por nacer (Cáp. 3, Art. 19, Nº1) prohibiendo la entrega en los consultorios de una píldora supuestamente abortiva y, por otro lado, debe defender el derecho a desarrollar cualquier actividad económica (Cáp. 3, Art. 19, Nº21), es decir, el libre mercado, por lo que el mismo TC que prohíbe la entrega gratuita en el sistema publico de salud de la píldora ni siquiera se pronuncia acerca de su comercialización en el sistema privado, en las farmacias, y, de hecho, se puede comprar sin problemas.

Existe una larga discusión sobre si la píldora es abortiva o no. Esta pelea tiene como base la duda, tanto religiosa como científica, acerca de cuando se inicia la vida. Esta píldora se utiliza 72 horas después de la relación sexual, cuando el cigoto, es decir la célula única formada por la unión del espermatozoide y el óvulo, comienza a dividirse en dos células, éstas en cuatro, luego en ocho y así sucesivamente hasta constituir una esfera celular hueca llamada mórula, por su parecido a las moras, donde ciertos curas han tenido la dicha de ver el alma. Aquí aún no se desarrolla el corazón (para los más románticos), el cerebro (para los más racionales) ni el sistema nervioso (para los más histéricos) ya que estos comienzan recién a formarse después de la tercera semana de gestación. Si esto es vida entonces la píldora efectivamente es abortiva. A mi parecer, y lo digo desde la vereda de los que no apoyarían un aborto sino es por una razón realmente de peso (digo “no apoyaría” y no digo “prohibiría”), la vida comienza cuando quien carga con el embrión se da cuenta que lo trae, es decir, cuando el aspirante a ser humano interactúa con su madre, cuando ésta siente que está embarazada y no antes.

Esta discusión no la vamos a resolver ahora, de hecho es un misterio, su respuesta es tan incierta como definiciones de “vida” pueden existir. Lo que nos debe dar que pensar es el desequilibrio que existe entre los representados y sus representantes. Como unos pocos se arrogan el derecho a decidir por todos (¿eso no es dictadura?). Como los representantes coartan la libertad de elegir lo que las personas, informadas, quieran hacer con sus cuerpos, con su vida. Como el poder muestra su implícita bio-política y como sale a relucir la desarticulación de la sociedad civil que no proyecta siquiera la opción de un plebiscito nacional (¡si, como si fuera democracia!) para decidir un tema que nos influye a todos y su descontento no pasa más allá de una tarde de marcha. Mientras la discusión no salga de los márgenes religiosos o científicos para acercarse a lo político nada de esto podrá cambiar y el debate seguirá estancado como lo está hace ya un tiempo.

martes, 22 de abril de 2008

Vademécum de lo que perdí



Ahora la casa parece una oficina. Los papeles, ya no de fumar veniales risas interminables, o escayolan el piso mal gastado o repletan cubos de basura. Me devoro libros por matar las tardes llenas de humo, que desarme. No hay cafés de desayuno, fiesta en la cocina ni mucho menos guerras frías con amnistías implícitas. Hay tres cajas desoladas, bisuterías solitarias en las galuchas donde fueron condenados los libros inconclusos, dos pies huérfanos al interior de una antología de sabanas frías que evocan un solo de pijamas con sordina. No hay miércoles con ropa de domingo y sobran jueves grisáceos sin dulcinea y me invaden los enanos que se impostan en molinos. Los quicios, tus casillas, permanecen intactos, ilesos, como la sístole sin su correspondiente diástole. Mi boca ya no habla con tus codos, los teléfonos hablan con los ojos, los dedos se quedaron sin palabras. Las noches se hacen tarde más temprano y, como va esto, se enfermaran de otoño los inviernos y los virus se harán pasar por viruelas. Adopté, como pasatiempos, el vicio de almacenar sustancias inflamables, cultivar el silencio y el ruido, coleccionar botas de piratas y espadas de madera; y, como buen tahúr, apostar doble o nada en el cara o sello que tu mirada extraviada me provoca. El futuro, sin ninguna escoba que vender aún, se convirtió en pretérito imperfecto y el pasado en nostalgia del presente.
Para Moes

miércoles, 16 de abril de 2008

Estudiar El Trabajo


Si existe algo digno de ser estudiado eso es el trabajo en tanto concepto. Estamos envueltos por él, nos atraviesa y nos configura. Estamos perdidos, tenemos una condena aguardando por nosotros. Desde que nacemos lo único seguro es que tendremos que trabajar y mientras nos preparamos para la hora de nuestro debut, nuestros tutores trabajarán por nosotros para correr con los gastos, es decir, traspasaremos nuestra responsabilidad para con el trabajo hasta que el cordón umbilical se corte de tanto estirarlo. Esto, claro está, dentro del modo de producción actual, donde al trabajo lo podemos llamar, aquí ya sin eufemismos tan burgueses y tan defendidos por personas que no tienen clara cual es su posición dentro de la división social del trabajo, fuerza de trabajo. Puesto que solo debemos entender trabajo como la producción humana que al producir transforma al mismo sujeto que lo produce, esta producción tiene un valor inconmensurable y, por lo tanto, no tiene valor de cambio, no se puede vender ni comprar, en este sentido el sueldo o pago por "trabajar" sería una noción repugnante puesto que la producción de la vida misma del sujeto se está homologando a dinero. Por el contrario, la fuerza de trabajo, para el capital, es mera mercancía de la cual se puede apropiar y hacer con ella lo que le plazca. Pero apropiarse de la producción del trabajo de un hombre es quitarle su ser. Esto le provoca al sujeto que se le arrebata su producción una sensación de enajenación, puesto que la producción de su vida misma le es ajena. En los efectos de la enajenación se crea un dominado y un dominante, por tanto el producto del trabajo enajenado más inmediato es la propiedad privada. Esto porque ese algo ajeno, disociado del productor, queda dispuesto para que alguien se lo apropie, lo convierta en propiedad privada y más tarde esta propiedad privada cree el trabajo enajenado.

Formarse o adiestrarse para formar parte del mercado laboral y luego, una vez recibido (¿?), salir a trabajar y "ganarse la vida" está ontologizado, naturalizado; tanto como el instinto de madre de las mujeres, lo solidario que son los chilenos, el pensar que las carreteras fueron hechas para facilitar las vacaciones o que la democracia fue concebida como el medio que permite la emancipación del hombre. Así como todo lo anterior el concepto de trabajo está preñado por la ideología –dominante- y, como todo, es histórico y, por lo tanto, modificable.

El hombre, no cabe duda, ha debido trabajar desde siempre, desde el momento que tuvo que trabajar para adaptarse y sobrevivir, hasta hoy que tiene que vender su fuerza de trabajo para el mismo fin que al comienzo. Pero el concepto de trabajo no siempre ha estado ligado a la venta de la fuerza de trabajo como pensamos hoy por hoy. Es necesario reivindicar el concepto y cargarlo de pura producción. El hombre debe asumir su realidad como tal, como productor por un lado de trabajo intelectual (ideas) y de trabajo físico (objetos) por otro (inicio de la división del trabajo), ya que todo lo que rodea al hombre es producto del hombre mismo. Por lo tanto la naturaleza es construcción del hombre, el hombre reproduce a la naturaleza y aludir a la naturaleza del hombre es utilizar un recurso que permite justificar el orden actual, decir que el hombre es egoísta por naturaleza es la forma de justificar la propiedad privada, la naturaleza del hombre por si misma no existe, sino que se crea una escena original –jamás presenciada por alguien- de manera retrospectiva para explicarnos que lo presente no puede ser sino que de la forma que es.

Es por esto que es digno y necesario estudiar el concepto de trabajo, porque es lo realmente humano, porque está rebosante en ideología, porque está enajenado y porque nuestro deber es historizar los conceptos que nos rigen para poder comenzar a regir, nosotros, de manera conciente a estos conceptos y a las instituciones que se valen de ellos para justificarse y reproducirse.


Porque no está de moda

martes, 8 de abril de 2008

¿Sueldo mínimo etico o máximo socialmente justo?


Nuevamente la discusión a cerca de la posible existencia de un salario mínimo ético aparece en el horizonte político nacional. Se escuchan voces de todos los sectores buscando destacar con sus propuestas. Los izquierdozos, si es que aún quedan en el circo de nuestra política, alegaran en pro de la clase trabajadora; los concertacionistas harán lo necesario para quedar bien con los empresarios, que en muchos casos son ellos mismos, sus familiares o conocidos; los de derecha directamente se opondrán utilizando los eufemismos de siempre, que “si el sueldo mínimo sube aumentará el desempleo” o “las PyMES desaparecerán ya que la regulación de un sueldo mínimo justo permite al pequeño y mediano empresario (asceta santificado) dar empleo”. Los neoliberales que no se encuentran dentro de nuestro mundillo político, en tanto no están enrolados a un partido definido, simplemente no oirán las palabras del cura de turno pidiendo equidad salarial, pese a que muchos son Opus Dei, y directamente postularan lo que siempre han dicho: no debe existir el sueldo mínimo, se debe dejar al fetichizado mercado que se auto-regule, se debe dejar al mercado libre y que aparezca la “mano invisible” (¿Será Dios?).

Patrañas. Todos los políticos y los empresarios saben muy bien que el mercado por si mismo no puede funcionar, es imposible que se auto-regule y esto se puede comprobar empíricamente en las crisis capitalistas en las cuales los bancos pidieron a gritos la intervención Estatal para poder salvarse de la debacle. En el capitalismo existe, ha existido y seguirá existiendo una relación incestuosa entre el Estado y el mercado, sino pregúntenle a los Milicos, a Lagos, a Somerville o, si buscan una respuesta derechamente sólida, a Federico Augusto. Los empresarios buscan ser felizmente libres mientras van ganando pero apenas comienzan a perder, o comienzan a ganar un poco menos, gritan buscando amamantarse de la madre patria.

Una economía exitosa, siempre para la gran empresa claro, necesita, a lo menos, de dos factores para sobrevivir: un desempleo que no supere el 10% ni baje del 4% y un sueldo mínimo justo, nuevamente para los empresarios, pero no deplorable para los trabajadores. El desempleo es necesario. Mantener un ejército de desocupados al acecho de un puesto de trabajo es una amenaza constante para los trabajadores que cuentan con una fuente estable de empleo y es un castigo ejemplar para los que sufren la cesantía. Por otro lado el sueldo mínimo es necesario para la manutención de la mano de obra. Su nombre no es casualidad e indica que es el dinero mínimo con lo cual un trabajador puede comer, pagar los servicios básicos, movilizarse de ida y vuelta a su trabajo, y sobrevivir diariamente. Y, si el trabajador cuenta con hijos podrá entregarles una educación deplorable a éstos para que sigan siendo mano de obra, “el estudio es lo único que te puedo dejar” ¿Qué hijo de clase trabajadora, o directamente baja, no ha escuchado eso?, sin contar la deuda por concepto de estudio que el futuro profesional deberá cancelar una vez egresado (que es parte integral de la herencia de la educación).

Los que ostentan el poder nunca dejaran de hablar con eufemismos, impidiendo así la posibilidad de develar las bases macabras del sistema dominado por los mismos. Un sueldo mínimo no puede ser ético porque el capitalismo es un modo de producción inhumano en tanto utiliza a los sujetos como instrumentos, cosificándolos, y la ética tiene como objeto la moral, facultad propiamente humana. Si la clase dirigente está de animo reformista debiese plantear la discusión a cerca de un salario máximo socialmente justo con respecto a la totalidad, con la intención de regular las ganancias desmesuradas que son las que amplían la brecha entre ricos y pobres que es, en definitiva, el problema intrínseco de la economía neoliberal. En definitiva, deberían dejar de mentir.

jueves, 3 de abril de 2008

Maldito


La disciplina sociológica crea personas malditas. Adiestrarse en las artes de la sociología crítica desilusiona, decepciona, desencanta; te hereda una duda constante con respecto a todo y un cuestionamiento incesante del discurso institucionalizado, te transformas en una especie de sociópata. Todas las cosas, en tanto hechos sociales institucionalizados, implican una oscilación que va desde lo que se muestra hacia su trasfondo y vuelve a lo primero, convertido en flecha que des-arma lo mostrado, develando lo que se oculta tras la forma discursiva.

Es por esta razón que es fundamental sopesar ciertos conceptos a tomar en cuenta a la hora de explicarse ciertos fenómenos. Tales son: Modo de Producción, Enajenación, Cosificación, Fetichismo, Lucha de Clases, Poder, Instituciones, Síntoma, Trauma, Ideología, Discriminación, Critica… Pero, lo sé, hablar de esto siempre trae problemas, no me cabe duda que no está de moda y es, para muchas personas, una discusión añeja y obsoleta. Es mejor hacerse el imbécil.

Bueno ¿entonces qué? Hablemos de fútbol, vamos a tomar hasta borrarnos, saquémonos una foto y subámosla al facebook, cómprate un IPOD, ¿tu celular no tiene cámara? entonces no sirve, ahí tienes una semana de “fiestas patrias” para celebrar, discrimina al aborigen y sobre todo al peruano clandestino, pero respeta a tu jefe, ojala trátalo de usted y háblale un tema que tu creas que es interesante para él (recuerda que él te da trabajo y el clandestino que viene del norte te lo quita); ¡fin de mes! ¿te pagaron?¿pagaste las deudas?, trata de pagarlas al día mira que Mr. Falabella sin tu paga no pasa el mes. Produce y consume, no te enfrasques en discusiones innecesarias con términos obsoletos como “lucha de clases”, “ideología dominante”, “Burguesía y Proletariado”. Todo eso ya pasó, arribamos a la “era de la información”, estamos en la globalización donde las oportunidades son iguales para todos, donde todos estamos conectados.

Pero, no hay que olvidar que, ser un esnobista social es lo sintomático del discurso ideológico que deja relucir lo desinformada que está esta actual “sociedad del conocimiento” e, irónicamente, lo analfabeta de esta “era de la información”. Los encargados de la transición social, capitalistas y burócratas, gracias a una fulera democracia representativa se han encargado de ocultar todo rastro de la lucha de clases, antes reprimida con las armas, como en la mayoría de América Latina; seduciendo e integrando a los sujetos al consumo, creándoles intereses y necesidades y, sobre todo, vigilando e infundiendo miedo. Pero esto que importa si total ahora somos libres, ya no nos amenaza el demonio rojo ni vivimos bajo una dictadura sangrienta y, por si alguien no se había enterado, la transición a la democracia ya terminó: Somos Libres!

Un pequeño detalle que casi me olvidaba. Nuestro concepto de libertad tiene que ver con la concepción burguesa de ésta. La libertad que actualmente predomina, en la globalización neoliberal, es nada menos que la libertad de poder vender o no la fuerza de trabajo –proletariado- a quienes poseen los medios de producción –burguesía-, para así, posteriormente, consumir, siempre tan libremente, lo producido. Sería permisible, entonces, referirnos a este tipo de “libertad” con otra palabra que le viene mejor: chantaje. Va, pero se me olvidaba, estos términos están ya obsoletos, hablar y leer esto es de malditos, amargados e infelices desfasados y resentidos… ¿Cuándo juega el Colo?

miércoles, 26 de marzo de 2008

A Javier


La última vez que te vi fue después que tu grito atravesó la calle Libertad e hizo recordar, al entrar por mi oído, tiempos ya muy pasados. Estabas al frente, terminabas de trabajar e ibas a tu casa, que aún queda a dos sitios de la mía, a almorzar para después salir rápidamente a estudiar. Fue en Octubre pasado, no recuerdo quien cruzó la calle pero si recuerdo el resentimiento que cargabas para con la vida que te tocó, resentimiento que se transformaba en frases que salían quemando de la mueca que llevabas por boca. Tu estado era tan frágil y terrible como tu vida, las palabras se atropellaban antes de salir. Me hablaste de la disfuncionalidad de tu familia, de la violencia siempre presente de ese “hijo de puta” que tuviste como padre, de la cobardía de tu madre heredada por tus hermanas. De que no tenías ni un morlaco, que tu vida se había tornado una rutinaria búsqueda de sustento que, paradójicamente, para lo único que servía era para olvidarte de la misma. Ya no te inyectabas y estabas tratando de superar el alcoholismo, querías escapar. Huir de lo que te amarraba, de esa casa, que nunca fue un hogar, en la cual el ruido no dejaba escuchar tus gritos, de tus amigos ausentes, del egoísmo sofocante, de este modo de llevar la vida que roza lo inhumano.


Ya lo hiciste, tomaste la decisión más compleja y radical que cualquier sujeto puede tomar, esa que tiene que ver con el parar de vivir. Creo, de igual forma, que cada uno de nosotros te ayudó a tomarla, sin saberlo te apoyamos, desde hace ya varios años que caminábamos al lado tuyo, sin que tu lo notaras ni menos nosotros, en dirección a ese bendito-maldito tren para, con nuestra ausencia, despedirte. Esa maquina, no me cabe duda, fue tu huida, tu fuga, tu odio, tu ira… Tu Libertad.

miércoles, 19 de marzo de 2008

El giro cultural (Parte 3)


Ésta es la última de la serie de tres publicaciones destinadas a echar un vistazo a la construcción de los movimientos sociales en América Latina. Esta monografía la armé en el mes de Octubre del año que recién pasó y contiene una bibliografía actualizada acerca del tema. Me decidí publicarla en el blog básicamente por dos razones, primero porque encuentro que entrega una visión global de un tema muy necesario para comprender actuales procesos sociales que sacuden nuestra América y, segundo, porque mi vida se ha convulsionado un poco al pasar de las “vacaciones-trabajos” a el inicio de las clases en la universidad. Lo segundo claramente me ha dejado con pocas fuerzas para la iluminación que tanto necesito para escribir cosas nuevas, pero ya saldrán.

La teoría de los nuevos movimientos sociales

La relación autoritaria del Estado para con la sociedad civil trajo como consecuencias[1] la perdida de significación de la “conciencia democrática”, aumento de la inseguridad individual, angustia social, imposición arbitraria de pautas y limitación en los medios de comunicación. “La referencia al Estado y los vínculos con la política cambian dramáticamente para los actores sociales particulares, llegando a ser más autónomos, más simbólicos y más orientados hacia la identidad y autoreferencia que a lo instrumental o reivindicativo”[2]. Es debido a este quebrantamiento de lo social es que los movimientos se reorientan en distintas esferas de lo social, la lucha apuntaría ahora más hacia lo cultural y social en vez que a lo económico o político, el concepto de totalidad se ve fragmentado.

Como se ha dicho en la primera mitad del siglo XX, en la sociedad moderna o industrial, las Ciencias Sociales estaban preocupadas de la estructura social, la totalidad, y por lo tanto su objeto de estudio y preocupación era el cambio de esta totalidad. Surge luego la sociedad postmoderna o postindustrial la cual ya no se organiza en términos tradicionales, sino que ahora las grandes estructuras sociales no existirían, es el fin de las clases y, por consecuencia, el sujeto social es distinto y funciona de acuerdo a problemáticas acotadas y pequeñas. Ahora las demandas no estarían centradas en los intereses políticos-económicos sino que, mas bien, se lucharía por la identidad.

Según Garretón[3] tanto la Globalización como el Cambio de Matriz Sociopolítica en América Latina han contribuido a la transformación del sujeto social. En primer lugar, la Globalización en cuanto a su influencia económica, por vía de los mercados, como comunicacional, por via de los medios de comunicación, información, redes virtuales y reales, e informática; que atraviesa al cuerpo social ha traído como consecuencias la desarticulación de los actores clásicos de la sociedad industrial, el surgimiento de identidades que su adscripción se basa en el sexo, la edad, la religión, la etnia; otra consecuencia es el vinculo pasivo y mediático entre las masas y la globalización, el surgimiento de los movimientos antiglobalización. El nuevo “tipo societal” tendría como ejes el consumo, la información y la comunicación y estos nuevos tipos de actores sociales serían: los públicos, las ONG’s, actores identitarios y los poderes fácticos, estos últimos pueden ser extrainstitucionales, como por ejemplo los grupos económicos, o institucionales, como por ejemplo los poderes políticos.

Con respecto al Cambio en la Matriz Sociopolítica, esta tiene que ver con la ruptura y desarticulación de la matriz clásica o nacional-popular planteada en lo que va del desarrollo del presente trabajo, existe un vacío dejado por la antigua matriz desarticulada por los autoritarismos militares en el cual se instalan diferentes sustitutos que impiden el fortalecimiento, la autonomía y el complemento entre los componentes de la matriz, es decir, entre el Estado y los diferentes actores sociales. Existen tres grandes tendencias que buscan instalarse en este vacío, en primer lugar está el neoliberalismo, el cual niega la política a partir de la modernización expresada en una política instrumental que sustituye la acción colectiva por la “razón tecnocrática” y rige la lógica del mercado, por otro lado y opuesto a la primera aparece la sociedad civil que impone, también, una visión crítica del Estado y la política a través de los principios identitarios y comunitarios; en tercer lugar, y entre estas dos tendencias contradictorias, se encuentra la visión más institucionalita del refuerzo del papel del Estado y la democracia representativa, la cual intenta evitar la destrucción de la sociedad a manos del mercado, los poderes fácticos o el individualismo de las reivindicaciones identitarias y corporativistas.

Se puede apreciar que existe una evolución histórica y, por lo tanto, también de las teorías de los nuevos movimientos sociales. Estas nuevas teorías cuestionan la rigidez de las teorías anteriores respecto a la concepción de los movimientos colectivos y su cuerpo común es la insistencia en la acción simbólica, en lo cultural e identitario. Se le entrega mucha importancia a la autonomía y a la autodeterminación de los sujetos, más que a la disputa por el poder. Existe una creciente centralidad de los valores postmodernos, en lugar de conflictos de clases surgen luchas más subjetivas las cuales tienen que ver con la etnia o el género, por ejemplo; existe una lucha por recursos simbólicos. Se problemática la fragilidad de las identidades, se piensa en identidades volátiles en lugar de grupos de conflictos con identidades duras y firmemente constituidas, existe una identidad en construcción. La ideologías o las demandas de los movimientos sociales se construyen socialmente de manera permanente y, por lo tanto, no estarían constituidas según la posición estructural de los sujetos, sino que, más bien, están construidas en procesos históricos. En lugar de mirar a los movimientos sociales como organizaciones rígidamente constituidas, auto referidas (como puede ser un sindicato), ahora son asumidas en forma de redes, es decir, una organización flexible y no articulada. En resumen, existe un cuerpo teórico con elementos comunes que se diferencian de las “viejas” teorías y que su objetivo es valorizar el papel de lo identitario y cultural.

Surgen, entonces, nuevos ejes, ahora de sentido, que orientan la acción colectiva de los sujetos. En primer lugar está la democratización política los cuales surgen desde los propios autoritarismos “el primero corresponde a las fundaciones democráticas, es decir, la creación de un régimen democrático en países donde nunca existió antes [...]. El segundo correponde a las transiciones, el paso a regímenes democráticos desde regímenes de dictadura [...]. El tercero corresponde a las reformas, es decir, procesos de extensión de instituciones democráticas desde el poder mismo”[4]. En segundo lugar está la Democratización Social concepto que es tomado bajo dos significados, en primer lugar como la redefinición de la ciudadanía la cual es entendida como “el lugar del reconocimiento y la reivindicación de un sujeto de derecho frente a un determinado poder”[5], poder que normalmente es el Estado pero también pueden ser los medios de comunicación o el medio ambiente. El segundo significado es la superación de la pobreza y la exclusión, es decir, ya no hay una lucha por cambiar la estructura sino que por integrarse a ella y ser valorado dentro de esta. El tercer eje es la reconstrucción de la economía nacional y su reinserción, este tiene que ver con la transformación de la matriz del estado como agente de desarrollo y que impulsaba un “desarrollo hacia adentro y la reinserción de la economía nacional en el proceso de globalización de la economía mundial”[6]. Y el cuarto eje es la reformulación de la modernidad a partir de la postmodernidad, es decir la desaparición de los meta-relatos donde existía una estructura que provocaba desigualdad, posición y lucha de clases, donde la sociedad se constituía por sujetos individuales y colectivos.

¿Está desestructurado lo Nacional-Popular?

En América Latina, actualmente, el proceso de El Evismo[7] en Bolivia puede relacionarse con como opera lo nacional-popular. Según Álvaro García L., el evismo es una estrategia de lucha por el poder la cual tiene tres etapas: 1987-1995 resistencia, 1995-2001 alianzas y 2001-2006 consolidación del poder. Esta estrategia está centrada en los movimientos sociales lo cual marcaría “una ruptura con las estrategias previas observables en la historia política continental y mundial”[8] ya que no pretende la representación política a través de la delegación de poderes sino que es “una proyección que busca de manera casi absoluta la auto-representación de los propios movimientos sociales”[9].

El evismo abarca el proceso político desde el movimiento social indígena, y es a partir de esta identidad acotada que se genera una identidad nacional. Lo que permite que se generalice esta identidad indígena es que es ante todo cultural y de carácter flexible, lo cual permite ir sumando segmentos y sectores más amplios se unan al proyecto. La propuesta indígena es “un nuevo modelo de nacionalismo expansivo, una nación multicultural que resalta la unidad en la diversidad”[10].

Para que un proyecto popular se vuelva nacional lo que realiza el evismo es una rebelión de un modo inclusivo, es decir, “incorpora la gran producción extranjera, tratando de dialogar con el mundo globalizado, pero girando todo en torno al núcleo indígena en términos políticos y a la pequeña producción familiar y comunal en términos económicos”[11]. La composición ideológica de este movimiento tiene la virtud de hacer dialogar el indianismo, lo nacional-popular, el sindicalismo y el marxismo; y poder, a partir de esto dominar el Estado y emprender la construcción de un modelo postneoliberal.

[1] Op. Cit. p. 78.
[2] Op. Cit. p. 11.
[3] Op. Cit. pp. 11-14.
[4] Op. Cit. pp. 14-15.
[5] Op. Cit. p. 16.
[6] Op. Cit pp. 17-18.
[7] García, A. El evismo: lo nacional-popular en acción.
[8] Op. Cit. p.26.
[9] Op. Cit. p.26.
[10] Op. Cit. p. 28.
[11] Op. Cit. p. 28.

sábado, 15 de marzo de 2008

El proceso político en América Latina (Parte 2)

El siguiente posteo es el segundo de un total de tres monografías que se refieren a los procesos sociales de América Latina. Creo que tener claros estos eventos nos permite ver la actualidad con una perspectiva mucho más amplia y así poder entender las múltiples paradojas que se dan en nuestra, no tan Latina a ratos, América. Esta segunda parte es la más extensa de las tres, pero vale la pena “gastar” el tiempo en digerirla ya que permitirá lograr una comprensión mucho más acabada de la tercera y última parte.

Lo Nacional-Popular


Existen problemas para comprender las características del movimiento popular en América Latina ya que “sus opciones y alternativas aparecen casi totalmente definidas por la dominación misma”[1]. Es, por lo tanto, fundamental construir la historia del movimiento popular entregándole autonomía a los sujetos y no mediante la explotación. Esto sería una historia propia del movimiento popular, vinculada con el devenir social, los procesos de lucha y contradicción; pero no construida desde el punto de vista de la clase dominante. Así es posible encontrar rasgos propios de los movimientos populares. El sujeto popular ha constituido la posibilidad de una sociedad alternativa, tiene la capacidad de realizar cambios sociales y, por lo tanto, no puede ser visto como masa ya que tiene determinación sobre su propio destino, tiene su propia autonomía. En el Movimiento Popular el pueblo se constituye como una categoría política, convertido en movimiento político-social se transforma en un solo gran actor. Es por esta razón que las que “las etapas políticas que constituyen la historia del movimiento popular están marcadas por el tipo de proyecto alternativo”[2] pensado por los dominados. Existe, por lo tanto, una historia propia del movimiento popular la cual tiene en cuenta los periodos que se detallarán a continuación.

Conflicto Oligarquía-Pueblo


Abarca los primeros años del siglo XX en América Latina, coincide con la Revolución Rusa y la Primera Guerra Mundial en Europa. Es en este periodo donde trata de emerger una dominación burguesa por sobre la oligarquía dominante durante el siglo XIX, existe un conflicto entre la burguesía importadora comercial y la oligarquía terrateniente y minera. Esta lucha hace necesaria una “reordenación del sistema político con el fin de establecer nuevas formas de poder"[3] con la intención de realizar un reconfiguración social.


La burguesía encuentra como aliado al mundo popular el cual tiene marcado, igualmente, un sentimiento anti oligárquico y una fuerte intención revolucionaria. Surge, debido a la industrialización en los países, la clase obrera y con ello las ideas de “la inminencia de la revolución” y “el carácter revolucionario del pueblo”, lo cual tiene como consecuencia la emergencia de una alternativa socialista.


Alianza de Clases


Con la crisis económica de 1929 se derrumba finalmente la dominación oligárquica. Existía en América Latina una yuxtaposición de clases, surge así una alternativa de gobierno y, con ello, dirigentes que representan al pueblo, “el partido es por definición el pueblo gobernante”[4]. Esta aparente nueva estabilidad no evita que surjan intereses propios de cada clase o grupo, la clase obrera afirma su identidad y su alternativa de socialismo pero opta por una política inmediata de alianzas la cual satisfacía su necesidad de poder e implicó “ciertos grados de participación de los distintos sectores sociales en la estructura de poder y de determinados modos o estructuras institucionales de participación o incorporación social”[5]. Esta alianza de clases hacia el año 1945, finalizando la Segunda Guerra Mundial, se instala con un modelo desarrollista en América Latina el cual tiene como objetivo inmediato un “proyecto nacionalista, antiimperialista y antioligárquico; el socialismo es menos significativo que el proceso de liberación nacional”[6] y, por lo tanto “se caracteriza por la iniciación de políticas tendientes a la industrialización y a la consolidación del mercado interno”[7], el proyecto que pretende mantener esta alianza de clase tiene que ver con la modernización, es decir, su meta es salir del subdesarrollo y esto es lo que le entrega sentido a la historia latinoamericana. El mundo popular entiende que el desarrollo socioeconómico es un objetivo propio ya que tiene como esperanza mejorar las condiciones de vida, mejorar los porcentajes de ganancias y tener una mayor participación política a través de los partidos políticos que lo representan. Este desarrollismo, debido a la creciente industrialización y al alto desarrollo del mercado interno, que tiene como intención sustituir las importaciones, provoca un crecimiento en el poder económico de la burguesía lo cual provocó cambios en la estructura de la división social del trabajo, crea una mayor importancia del proletario y un aumento del sector popular no-obrero, surgen así las masas. Debido al importante papel que tiene el Estado en este periodo, el cual de ser un mero “mediador” entre la burguesía nacional y la inversión extranjera pasó a “iniciar fuertes políticas de defensa arancelarias del mercado, intenta promover la transferencia de recursos desde el sector exportador al sector interno; propicia la creación de una infraestructura de apoyo a la industria sustitutiva”[8] con lo cual comienza a surgir la burocracia y, con ella, los sectores medios que se identifican con el Estado y ven en él sus posibilidades de futuro.


Este estado social tuvo su expresión política la cual se ve reflejada en distintos acuerdos y alianzas entre todos los sectores sociales, “el sector obrero y las masas urbanas presionan con sus demandas dando origen al “distributivismo” social y económico como política de Estado”[9], surge así un “Estado de Compromiso”, cuyo objetivo inmediato es “el mejoramiento de las condiciones de vida, principalmente a través del desarrollo industrial, mayor y mejor educación, salud, vivienda”[10]. El Estado se transforma en distribuidor de la riqueza y, a la vez, permite una mayor participación de los movimientos populares en la estructura de poder, es un sistema de equilibrio social donde se abre un nivel de participación social, económica y política de los distintos actores sociales.


En América Latina se estructura el proyecto llamado Nacional-Popular, este concepto se encuentra en los “Cuadernos de la Cárcel” escritos por Gramsci, autor que está pensando la Revolución en occidente y que plantea como se puede desarrollar un proceso de transformación en la Europa occidental en donde se estaban desarrollando procesos de industrialización mucho mayores que en la Europa oriental (Rusia). Este autor piensa que no solo los que dominan lo hacen por la fuerza, sino que también por el consentimiento del dominado mediante procesos de legitimación. Surge así el concepto de hegemonía que se refiere a la combinación de los rasgos represivos del Estado con los elementos persuasivos de la legitimación que genera adscripción. Lo Nacional-Popular es entendido, entonces, en América Latina como la capacidad que tiene movimiento popular de proponer un proyecto alternativo para el conjunto de lo nacional. Un proyecto desde lo popular que integre a los diferentes sectores, donde se de un correlato entre la estructura política y la estructura social. Para Garretón[11] lo Nacional-Popular está vinculado al tema del desarrollo, la integración social y la autonomía. La principal característica de esta matriz sería la fusión entre sus componentes, es decir, el Estado, los partidos políticos y los actores sociales; esto tiene como consecuencia el debilitamiento de estos componentes y una mezcla entre dos de estos tres componentes con la subordinación o eliminación del que queda aislado.

Crisis del Estado de Compromiso o El quiebre de la Alianza de Clases

Este proyecto Nacional-Popular, encarnado en el Estado de Bienestar, no impide que surja un proceso de tendencias contradictorias entre las clases. Los grupos burgueses demandaban una expansión continuada de la economía, las masas populares demandaban un mayor grado de distribución de la renta nacional, lo cual también afectaba a los sectores medios y, por otro lado, los campesinos irrumpían presionando por el proceso de reforma agraria[14]. Es así como la alianza de clases comienza a entrar en crisis, la cual es provocada por “las propias contradicciones que el sistema económico-político y social contiene, contradicciones que solo es posible resolver a través de redefiniciones del carácter del Estado”[15], se puede decir que las reformas del Estado de Compromiso lo llevaron a su propia crisis. El propio desarrollo de la industrialización llevó a una mayor polarización de las clases sociales y a una mayor organización de clases, las cuales buscaron la solución definitiva en el enfrentamiento.

Esta crisis se puede explicar también en términos de “dependencia”, los problemas enfrentados por los países latinoamericanos dentro de esta perspectiva son: “a) sometimiento de las decisiones nacionales de producción y consumo, a los intereses externos (centros hegemónicos y/o multinacionales); b) subordinación de posibles grupos dinámicos (empresarios nacionales) a la organización y decisión de multinacionales y economías centro; c) marginalización creciente de vastos sectores agrarios y urbanos; d) distribución regresiva del ingreso; e) aumento de la extrema miseria”[16], la dependencia es, entonces, la subordinación de las estructuras económicas a un centro hegemónico que dicta como comportarse. Esto hizo surgir una “fracción capitalista” la cual busca imponer su hegemonía al total de la sociedad “no solo a través de un reordenamiento de las relaciones económicas, sino también de una reformulación del sistema de relaciones sociales y del sistema político”[17], en palabras de Garretón, una desarticulación de la matriz Nacional-Popular, la cual, tengamos presente, no por ser “nacional” dejó de considerar la existencia de clases sociales interactuando constantemente y lo que proponía era un sistema de alianzas y antagonismos. “La emergencia de una burguesía industrial y financiera cada vez más fuerte internamente, aunque en alianza con el gran capital extranjero, comenzó a poner en peligro la subsistencia del Estado de Compromiso”[18].

El propio desarrollo interno de la alianza la lleva a pasar de su carácter “distributivista” a entregarle un énfasis “productivista”, “el propósito es integrarse a las formas modernas del capitalismo aunque se tenga que aceptar una actuación solo en la periferia del mercado mundial”[19], el proyecto de alianza se enfrenta entonces a la demanda popular antagónica. El proletariado industrial, fortalecido por un lado por el desarrollo de la industria nacional y, por otro, teniendo presente la influencia de la Revolución Cubana de corte socialista, busca crear nuevas alianzas con sectores populares marginales y campesinos con la intención de realizar un proyecto político alternativo.

Presencia del autoritarismo

Así como en Cuba en el año 1959 se plantea la posibilidad del Socialismo para Latino América, en Brasil, en el año 1964, se plantea la posibilidad del Capitalismo Autoritario. Esto implica que el proceso de crecimiento del mundo popular se revierta. El movimiento popular fue reprimido y además se constituyeron condiciones en las cuales las posibilidades de avance del proyecto Nacional-Popular se dificultaban debido a la fractura de las posibilidades de realizar alianzas entre clases. “La “modernización” se hace a costa de un autoritarismo creciente y que no disminuye el cuadro de pobreza típico del “desarrollo con marginalidad”[20] y, por otro lado, mediante transformaciones institucionales o estructurales no autoritarias en el sentido militar pero sí en el económico. Se recurrió a la violencia cuando el grupo que buscó imponer su hegemonía no fue capaz de crear nuevas instituciones sociales estables que lo representaran. “El problema radica fundamentalmente en las posibilidades que tiene cada uno de los sectores en pugna para instaurar su proyecto. En este sentido los sectores populares carecen en general de la capacidad de imponer frontalmente un proyecto socialista, a la vez que suelen ser desbordados en la medida que plantean una política reformista o de conquistas de cuotas de poder. No es extrañar entonces que el Estado de Compromiso vaya inclinándose progresivamente a favor de los sectores económicamente dominantes. Donde la movilización de los sectores populares alcanzó la fuerza suficiente como para oponerse a esa tendencia se forzó el enfrentamiento directo instaurándose regímenes autoritarios”[21]. Esto permitió la formulación de políticas adecuadas y un reordenamiento social de tintes capitalistas de acuerdo con la dependencia económica.

Surge así un Estado Burocrático-Autoritario[22] el cual se caracteriza, además del nuevo ordenamiento económico y, por lo tanto, de relación de clases también una eliminación radical de las manifestaciones que puedan presentar una alternativa al actual Estado. Es necesario señalar también que las burguesías nacionales necesitaban de este tipo de estado para poder insertarse económicamente en el nuevo esquema impuesto por la empresa multinacional por lo que “no solo la nueva modalidad de la economía debía imponerse por vía de la fuerza sino que aún la pertenencia del régimen se basa en la coacción”[23], se destruyen las autonomías y se desmantela la esperanza socialista. El Estado, con la intención de estabilizar las relaciones sociales se convierte en un Estado de exclusión política cuyo mecanismo de control es la supresión de toda demanda social popular. Existe una desarticulación ideológica de las masas y surge la ideología del Estado la cual le entregaba al mismo un carácter abstracto señalándose como un Estado “que pretendía estar al margen de la representación directa de las clases”[24], esto aunque su poder y fuerza la obtuviera de grupos económicos y sociales bastante definidos.

Este Estado, con la intención de profundizar el capitalismo comienza a ser administrado por una tecnocracia que pretende la racionalización económica de éste. Surge así una nueva alianza la cual está compuesta por tres sectores: “el sector económico controlado directamente por el Estado, los capitalistas locales y las empresas multinacionales”[25]. Existe así una relación dialéctica entre el mercado internacional que demanda profundización del capitalismo y el Estado que es capaz de ordenar a la sociedad para cumplir con esta demanda. Su legitimación la realiza de dos maneras, la primera es en virtud de la situación anterior de la cual resaltan los aspectos más negativos, es decir, en la negación del desorden del comunismo o la corrupción de “los señores políticos”. Y la segunda, resaltando sus aspectos “positivos” los cuales serían la racionalidad y la eficacia económica, con lo cual reafirma su carácter productivista.


[1] Baño, R. y otros, Movimientos Populares y Democracia en América Latina, p. 2.
[2] Op. Cit. p. 2.
[3] Idem.
[4] Op. Cit. p. 3.
[5] Faleto, E. y Kirkwood, J. Articulo Política y comportamientos sociales en América Latina en Revista Paraguaya de Sociología Nº 49, p. 69.
[6] Op. Cit. p. 3.
[7] Op. Cit. p. 72.
[8] Idem.
[9] Idem.
[10] Op. Cit. p. 3.
[11] Ver Garretón, M. La transformación de la acción colectiva en América Latina, pp. 9-10.
[12] Op. Cit. p. 3.
[13] Idem.
[14] A respecto de este último punto ver Faletto, E. La dependencia y lo nacional-popular, p.4.
[15] Op. Cit. p. 69.
[16] Faletto, E. La dependencia y lo nacional-popular, p. 2.
[17] Op. Cit. p. 74.
[18] Op. Cit. p. 4.
[19] Op. Cit. p. 74.
[20] Idem.
[21] Op. Cit. p. 4.
[22] Op. Cit. p. 75.
[23] Op. Cit. p. 5.
[24] Op. Cit. p. 76.
[25] Op. Cit. p. 75.