miércoles, 26 de marzo de 2008

A Javier


La última vez que te vi fue después que tu grito atravesó la calle Libertad e hizo recordar, al entrar por mi oído, tiempos ya muy pasados. Estabas al frente, terminabas de trabajar e ibas a tu casa, que aún queda a dos sitios de la mía, a almorzar para después salir rápidamente a estudiar. Fue en Octubre pasado, no recuerdo quien cruzó la calle pero si recuerdo el resentimiento que cargabas para con la vida que te tocó, resentimiento que se transformaba en frases que salían quemando de la mueca que llevabas por boca. Tu estado era tan frágil y terrible como tu vida, las palabras se atropellaban antes de salir. Me hablaste de la disfuncionalidad de tu familia, de la violencia siempre presente de ese “hijo de puta” que tuviste como padre, de la cobardía de tu madre heredada por tus hermanas. De que no tenías ni un morlaco, que tu vida se había tornado una rutinaria búsqueda de sustento que, paradójicamente, para lo único que servía era para olvidarte de la misma. Ya no te inyectabas y estabas tratando de superar el alcoholismo, querías escapar. Huir de lo que te amarraba, de esa casa, que nunca fue un hogar, en la cual el ruido no dejaba escuchar tus gritos, de tus amigos ausentes, del egoísmo sofocante, de este modo de llevar la vida que roza lo inhumano.


Ya lo hiciste, tomaste la decisión más compleja y radical que cualquier sujeto puede tomar, esa que tiene que ver con el parar de vivir. Creo, de igual forma, que cada uno de nosotros te ayudó a tomarla, sin saberlo te apoyamos, desde hace ya varios años que caminábamos al lado tuyo, sin que tu lo notaras ni menos nosotros, en dirección a ese bendito-maldito tren para, con nuestra ausencia, despedirte. Esa maquina, no me cabe duda, fue tu huida, tu fuga, tu odio, tu ira… Tu Libertad.

1 comentario:

Unknown dijo...

Esta bueeeno, me gusta cuando te sales de la terminología sociológica y le pones poesía y sentimiento al texto.Resulta fresco matizar. Se siente sentido sin ser cebolla........... En dos palabras ME GUSTO!